domingo, 7 de junio de 2015

Gladys Adamson

 Apertura
Comienza con la instalación del encuadre, es la iniciación formal de la reunión.
Algunos de los signos a mirar en la apertura son: asistencia, puntualidad en el ingreso, formas de ese ingreso, si es en subgrupos, individual, la disposición espacial, actitudes corporales silencios, clima grupal, primeras intervenciones (del coordinador o de algún integrante) Temática abordada en ese momento, formas comunicacionales, coherencia entre lo verbal y lo actitudinal.

Concluye cuando surge un tema que pasa a ser el hilo conductor de la reunión. Cuando algún integrante expresa una idea, un sentimiento, algo con lo que el resto resuena y participa.

La apertura puede delimitarse, se señalan las situaciones y se buscan los emergentes. A partir de allí se marcan frases expresadas por los integrantes que representan dichos emergentes y se convierten en el primer paso para la lectura del acontecer grupal.

Este es el momento en el que se presentan los conflictos grupales, queda planteada la tarea implícita del grupo, es un momento en que se manifiesta un alto monto de ansiedad y de desestructuración, ambos elementos propios de todo momento inicial, podemos afirmar que es un momento de caos creador.

Las frases que se toman en este momento nos remiten a los emergentes, situaciones que desde lo explícito nos llevan a formas de interacción implícita.

Desarrollo

Esta es una instancia que abarca el desenvolvimiento de la reunión grupal y comienza cuando, a partir de la intervención de un integrante, un tema se convierte en el hilo conductor del intercambio. Hay una continuidad con respecto a la apertura, de algún tema mencionado allí se desprende el desarrollo.

Es el momento en que los integrantes se instalan en la situación grupal. Los signos que lo caracterizan son: la pertenencia (identificación con los procesos grupales, visualización de los integrantes como miembros del grupo, señales de mutua representación interna, el lenguaje de los integrantes incluye al grupo, expresan códigos grupales propios, pueden aparecer referencias a otros grupos. La cooperación, los aportes resultan coherentes con la tarea, los integrantes suman, integran aportes que pueden ser de índole teórica, vivencial, afectiva. Puede aparecer el otro polo, la competencia. Entonces los roles pasarán de complementarios a suplementarios. La pertinencia, el grupo visualiza el objetivo y trabaja en pos de lograrlo, demuestran un buen nivel de lectura, de información, pueden desplegarse obstáculos que interfieran con la pertinencia.
La comunicación, se observa si la interacción es fluida, si hay coherencia entre la comunicación verbal y la gestual. Si todos los integrantes se comunican con todos o alguien queda afuera de la situación comunicativa.
El aprendizaje, puede observarse la productividad grupal, creatividad para la resolución de problemas, si los miembros del grupo integran los conceptos con las experiencias.
La telé, y el clima grupal, se puede observar si es cálido, hostil, si se valoriza a todos los miembros o se rechaza a alguno, si los integrantes buscan contactarse con todos o sólo en subgrupos.

Es decir que en esta etapa podemos encontrar todos los vectores, pero sucede que alguno de ellos es el preeminente, es necesario reconocerlo y también están presentes todas las contradicciones, entonces también hay que visualizar cuál es la que se privilegia en esa reunión. Esto es situacional en los grupos.

Hay que buscar secuencias por las que pasa este desarrollo, pueden ser varias en la misma reunión y responden al cambio de tema.
En cada momento del desarrollo se establece el tipo de tarea que el grupo va realizando. Si está trabajando la tarea implícita, elaborando ansiedades, visualizando obstáculos y resolviéndolos, si están transitando por algún conflicto, etc. o bien si está trabajando la tarea explícita, elaborando los conceptos en términos de articulación con la propia experiencia. Puede observarse la pertinencia.

También en el desarrollo un grupo puede transitar por la pretarea, cuando al elevarse mucho el monto de ansiedad (miedo a la pérdida, miedo al ataque) que implica la relación con la tarea, los integrantes disocian y apelan a técnicas defensivas. Allí aparecen conversaciones que no tienen coherencia con la tarea, frases cortadas, lo que cotidianamente llamamos “irse por las ramas”.

Al leer la crónica se marcarán los datos que resulten llamativos en el desarrollo y que luego podrán convertirse en significativos.

Asimismo esto nos permitirá analizar los roles, si se complementan o no, si hay cooperación o competencia. Si esos roles se fijan o rotan.


Todo lo anterior nos lleva a confeccionar el argumento de la reunión grupal.

TRABAJO EN EQUIPO


El ser humano es un ser social que se encuentra rodeado de otros seres humanos, los cuales conforman su identidad. El trabajo en equipo no es simplemente la suma de aportaciones individuales, sino un grupo de personas trabajando de manera coordinada en la ejecución de un proyecto, logrando mayor rendimiento, productividad y satisfacción personal. Toda persona, en algún momento de su desarrollo profesional se verá enfrentada a ésta modalidad de trabajo, para la cual debe estar preparada y capacitada. Aprender a trabajar de forma efectiva como equipo requiere tiempo, la adquisición de habilidades y capacidades especiales para el desempeño armónico de su trabajo como son: la capacidad de gestionar su tiempo, participar en las actividades del equipo, tomar decisiones, resolver problemas y comunicarse eficazmente. Sin duda, el grupo y el trabajo en equipo son la mejor manera de vivir y trabajar.

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